Construcción de una infraestructura excepcional, que une dos contrafuertes montañosos entre los que discurre la carretera interoceánica que une al Golfo de México con el Océano Pacífico en el Puerto de Mazatlán. La supercarretera Durango – Mazatlán enclavada en el corazón de la Sierra Madre Occidental de México tiene una longitud de 230 kilómetros e incluye la construcción de 61 túneles, el más largo de ellos «El Sinaloense» de 2,8.
El Baluarte tiene una longitud total de 1,124 metros con un claro central de 520 metros y una altura sobre la barranca de 402.57 metros, lo que le convierte en el puente atirantado más alto del mundo. La construcción del puente del Baluarte tiene un gran alcance e impacto global, ya que la carretera interoceánica se conforma como una alternativa real al canal de Panamá. Supone una oportunidad para Durango, que permite su posicionamiento como ciudad glocal y abre numerosas posibilidades de actividad económica.
Las nuevas comunicaciones suponen una ventaja desde el punto de vista de la logística, al reducir el tiempo de recorrido hasta el puerto de Mazatlán, que tiene una posición determinante frente a los mercados del otro lado de la frontera (con Estados Unidos); pasando a ser de 6 a 2,5 horas para coches y de 10 a 4 horas para camiones. La supercarretera abre oportunidades económicas a los estados del norte de México, y facilita el turismo interior, de montaña y cultura, activos que pueden ponerse en valor y generar una potente ciudad glocal.
• Situar a la ciudad de Durango, en un punto estratégico del eje vial que une el Océano Pacífico y el Golfo de México, vía llamada a convertirse en alternativa al canal de Panamá.
• Ofrecer oportunidades de desarrollo económico ligadas a la logística.
• Facilitar el acceso de visitantes y posibilita el desarrollo de una industria turística, de montaña y cultura.