En coherencia con el plan de trabajo que la Ilustre Municipalidad de Cuenca se ha planteado para la gestión de sus labores, y de la visión de Cuenca como la “Ciudad de las Ciencias”, resulta imperativo el retomar e impulsar la implementación de un Plan Especial de “El Barranco”.
Es necesario considerar al Barranco como una zona con profunda vocación cultural, que ha sido capaz de convocar la atención y el deseo de participación de los cuencanos en torno a su espacio y plantearlo no solo como un lugar de recreación, sino como el espacio en el que se forja nuestra identidad de ciudad. En este sentido El Barranco se convierte en un emblema de la identidad de los cuencanos como gente que sabe convivir en equilibrio con su patrimonio cultural y natural lo respeta, lo cuida, y lo entiende como vital.
Desde la perspectiva de la conformación urbana de la ciudad, se plantea al sector de El Barranco como una zona no solo de transición, sino de forma más importante, de cohesión entre el Centro Histórico y la ciudad moderna.
La propuesta busca enriquecer el valor intrínseco de la zona a través de potenciar su habitabilidad a través de una lectura multi-programática del suelo, que permita que las personas actúen en el espacio con apego a su herencia, visión, costumbres y anhelos: el Barranco del Tomebamba como evidencia del carácter renovador de una sociedad activa y participativa, receptiva a la innovación aunque consciente de su invaluable herencia cultural, con valores y actitudes propios pero siempre en búsqueda de nuevos horizontes que la enriquezcan y actualicen de manera permanente.
El Proyecto Urbano Barranco 2010 considera imperativo repensar las virtudes del Barranco del río Tomebamba mediante un proceso de planificación territorial como medio para enriquecer el carácter especial de esta zona de la ciudad de Cuenca, donde las consideraciones del habitar pleno se conjuguen con el desarrollo, sustentado en sus características patrimoniales y físicas excepcionales.
IMAGEN OBJETIVO
1. Como el hábitat urbano por excelencia. La vivienda como función fundamental del espacio.
2. Como sector de gestión, producción, difusión y consumo de bienes culturales. Tradición y muestras de cultura contemporánea que conviven en el espacio público.
3. Como el reducto urbano para la experiencia sensorial. El habitante como parte activa del entorno urbano da sentido a las acciones de planificación territorial.