El plan integral es una herramienta de trabajo para detectar las necesidades, los problemas y las potencialidades de la juventud.
El Plan de Juventud plantea una política integral en la que de forma transversal y coordinada intervienen distintos servicios administrativos y entidades juveniles. Esta política pretende la implicación de todos los servicios públicos relacionados con cualquiera de los ámbitos que inciden en las condiciones de vida de los jóvenes y su proceso de transición a la vida adulta; así como aquellas otras entidades y asociaciones que directa o indirectamente están relacionadas con los jóvenes.
Sus ejes básicos son:
•Integralidad: debe ser un plan global que tenga en cuenta la complejidad de la juventud actual y que plantee medidas de carácter transversal .
•Planificación: los programas deben estar previstos y discutidos de forma que obedezcan a las necesidades planteadas.
•Coordinación: las organizaciones competentes deben actuar de manera coordinada según los objetivos del Plan.
•Evaluación continua: los mecanismos de evaluación y de observación de la realidad juvenil deben permitir analizar las incidencia del plan, así como detectar errores o nuevas necesidades.
•Participación: desde su concepción y elaboración hasta su evaluación y seguimiento debe de contarse con los propios jóvenes, tanto asociados a través del movimiento juvenil como directamente a través de los mecanismos que se estimen oportunos.
•Implicar a los servicios administrativos y entidades juveniles con cualquiera de los ámbitos que inciden en las condiciones de vida de los jóvenes y su proceso de transición a la vida adulta; así como aquellas otras entidades y asociaciones que directa o indirectamente están relacionadas con los jóvenes.
•Facilitar la incorporación laboral de los jóvenes al mercado de trabajo.
•Fomentar la cultura empresarial y emprendedora.