El Centro Histórico de Málaga se encontraba en el año 1996 en un estado de profundo abandono con graves problemas de seguridad y marginalidad y con un disminución progresiva de su población residente. Gracias a los fondos URBAN y al interés de los colectivos dirigentes, de la ciudadanía y del Plan Estratégico se inició un proceso de revitalización de este entorno con ayudas para la rehabilitación de viviendas, programas de inserción social, peatonalización de calles, proyectos de mejora de las canalizaciones y servicios básicos de agua, electricidad, saneamiento, zonas ajardinadas.
La Rehabilitación y revitalización del Centro Histórico tuvo una serie de intervenciones físicas para la recuperación de espacios degradados, el esponjamiento de áreas congestionadas y la creación de espacios abiertos.
La reforma de las infraestructuras y de la edificación fue un aspecto fundamental en la mejora de la calidad de vida de la zona, tanto para la población residente, como para la que habitualmente acude por motivos comerciales y turísticos. Así, se elaboró un Plan del Color del Centro, en el que se ordenaban las edificaciones en función de su etapa histórica (barroca, ecléctica, contemporánea y moderna) y su nivel de degradación, al mismo tiempo se establecieron subvenciones para la rehabilitación de fachadas que posibilitaran la mejora de la edificación.
•Rehabilitar y revitalizar el Centro Histórico de la ciudad, potenciando el desarrollo económico e interviniendo en asistencia social y equipamientos.
•Desarrollar programas para la sostenibilidad urbana y ambiental.
•Sensibilizar a la ciudadanía sobre las cuestiones ambientales.
•Potenciar del desarrollo del tejido económico, incentivando al pequeño empresariado.