La transformación de Glòries es un importante proyecto urbanístico que actualmente se está llevando a cabo en la ciudad de Barcelona para convertir un nudo vial en un espacio de ciudad para las personas. La plaza de las Glòries está situada en la entrada norte de la ciudad y por ella discurren importantes vías que soportan un elevado número de vehículos diario (se calcula que unos 150.000 cada día). Es un espacio que a lo largo de los años ha sufrido varias actuaciones urbanísticas y arquitectónicas no acabadas de resolver, y su remodelación por lo tanto es una de las asignaturas pendientes de la ciudad. El proyecto actual pretende, en el marco del Compromiso por Glòries (fruto de la participación ciudadana) y de acuerdo con el planeamiento vigente, una mejora profunda de un entorno estratégico metropolitano de alto valor como eje de dinamización socioeconómica, espacio de renaturalización y ágora cívica.
Las obras, por su envergadura, se desarrollan por fases. Previamente se ha modificado la vialidad de algunas calles para garantizar la movilidad de la zona. A partir de febrero de 2014 se inició el escombro de la estructura actual de la plaza, el anillo que la conforma. En el año 2015, empezó la intervención para dar la forma final a la plaza, para lo que el Ayuntamiento de Barcelona convocó a un concurso internacional de arquitectura para escoger el proyecto para la plaza (el proyecto ganador en el concurso fue Canòpia Urbana). Está previsto que las obras acaben el primer trimestre del año 2021, con la creación del nuevo parque y con la construcción del túnel soterrado.
Glòries es un espacio urbano en transformación, dotado con equipamientos y servicios de calidad en beneficio del conjunto de la ciudad y de toda su área metropolitana. Con el proyecto urbanístico tan notable que se está desarrollando actualmente, se consolidará como nuevo epicentro de intercambio económico, social y cultural abierto a toda la ciudadanía. Glòries volverá a recuperar el uso original que en su momento proyectó el urbanista Ildefons Cerdà en el siglo XIX: un espacio de centralidad dónde confluyen las tres avenidas principales de la ciudad, pero las personas son las protagonistas.
• Reducir el volumen de tráfico previo a las obras estableciendo nuevos itinerarios.
• Potenciar el cambio de hábitos en la movilidad, apostando por el transporte público en detrimento del vehículo.
• Mejorar la permeabilidad entre los cuatro barrios que limitan Glòries.
• Revitalizar zonas de la ciudad creando una nueva centralidad.
• Ser una operación clave en el proceso de renaturalización de la ciudad, ya que el nuevo espacio formará parte del corredor verde más importante de la ciudad.
